jueves, 21 de abril de 2011

¿Y NADIE SE PREGUNTA CUÁLES SERÁN LAS CONSECUENCIAS DE INYECTAR MILES DE MILLONES DE LITROS DE AGUA SALADA EN ZONAS DONDE NO DEBERÍA ESTAR?

El agua salada se convierte en la nueva opción para las grandes mineras en el norte

Luego que Minera Esperanza, del grupo Luksic se convirtiera en el primer desarrollo minero a gran escala, en el mundo, que utiliza agua salada en sus procesos, Codelco, Barrick, Anglo y Teck ya analizan esta opción para viabilizar sus proyectos.

por Jessica Marticorena - 17/04/2011

La puesta en marcha de Minera Esperanza, el yacimiento de cobre y oro del grupo Luksic, abrió un nuevo camino para la industria minera local.
El proyecto, emplazado en la Región de Antofagasta y que demandó US$ 2.600 millones, se convirtió en el primer desarrollo minero a gran escala en el mundo que utiliza agua de mar salada en sus procesos de producción de metales.

Una tecnología que ha sido utilizada en pequeñas faenas en Estados Unidos, Canadá, Indonesia y Australia, y que otras mineras a nivel local ya están evaluando para replicar en el norte, donde la escasez de agua, fundamental para sus principales procesos productivos, se ha transformado en un gran problema.

Hasta ahora, la principal opción para enfrentar la falta del recurso ha sido desalar el agua de mar, pero se trata de una solución cara. A la inversión inicial de la construcción de las instalaciones, hay que sumar los costos de energía necesarios para operar la planta y bombear el agua hasta las faenas.

Estos fácilmente bordean los US$ 2 por metro cúbico de agua transportada, explica Juan Carlos Guajardo, del Centro de Estudios del Cobre y la Minería, Cesco. La desalación puede variar entre US$ 50 millones, si la planta está a orilla de mar, y US$ 1.000 millones, si el agua hay que enviarla a la cordillera.            

En Esperanza explican que la diferencia entre su modelo y el de desalación es que el segundo requiere más consumo de energía, variable que representa el 95% del costo del proyecto.
Utilizar agua salada tiene un costo de US$ 1,2 por metro cúbico, versus los US$ 2,2 de una planta desaladora, detallan. 

"Si comparamos el proyecto de Minera Esperanza con otro de similar producción que incluya la utilización de agua desalinizada, la alternativa nuestra permitió disminuir la inversión en US$ 700 millones y el costo de operación en US$33 millones al año", dice Cristián Puga, gerente de Asuntos Externos de Esperanza.

Explica que construir una planta desaladora habría significado gastar US$ 1.100 millones; en cambio, implementar el sistema de agua cruda costó a la minera US$ 377 millones.
EL INTERES MINERO

Paralelamente, actores de la industria minera están mirando el modelo de Esperanza. Es el caso de la canadiense Teck Cominco. David Baril, vicepresidente de operaciones de cobre de la firma, reconoce que están evaluando ese camino.
"Estamos estudiando el uso de agua de mar salada en Relincho y Quebrada Blanca. En esta última no tenemos otra opción, tiene que usarse el agua de mar, porque no hay suficiente agua arriba.
Estamos hablando de un ducto  de 190 kilómetros, porque  se necesitan cerca de 1.000 litros por segundo, de acuerdo con los datos de prefactibilidad. En el caso de Relincho la situación es igual. Estamos evaluando eso ahora", adelanta.       

La tecnología aplicada por los Luksic también está siendo considerada por otras compañías, aunque muchas de ellas están en una fase preliminar de análisis.

John Mackenzie, presidente ejecutivo de Anglo American, firma que posee el 44% de Collahuasi, sostuvo la semana pasada, en el encuentro anual de la minería, que "nuestro primer objetivo es maximizar la eficiencia de agua que existe actualmente en la mina y tenemos algunas tecnologías que van a mejorar la eficiencia".  

Otras fuentes de la minera reconocen que hoy están en curso estudios tendientes a evaluar la conveniencia de usar agua de mar, sea esta salada o sin desalar.

A su turno Barrick, que impulsa los proyectos Pascua Lama y Cerro Casale, también trabaja en opciones de abastecimiento de agua de mar para sus operaciones. "Barrick evalúa permanentemente opciones de optimizar el uso racional de los recursos hídricos para sus proyectos y operaciones", cuentan en la compañía.

La estatal Codelco, en tanto, también ha pensado emplear ese sistema en los futuros proyectos. De hecho, cinco meses antes de la inauguración de Esperanza el presidente ejecutivo de la cuprera, Diego Hernández, visitó la faena para conocer el sistema de abastecimiento hídrico.

"Perfectamente podríamosn usar agua sin desalar en las futuras expansiones. Hay que ver cómo funciona en Esperanza. Lo estamos mirando", agregan en la firma.     

Hoy la disponibilidad de agua es uno de los desafíos más significativos para los US$ 50 mil millones en proyectos mineros que se planean en Chile al 2020.

"El agua, al igual que la electricidad, está empinándose entre los ítemes más importantes en la minería. Por eso, el uso de  agua de mar con sal abre espacios interesantes para que la industria minera resuelva el problema de escasez hídrica", apunta Guajardo.   

Según cifras de Cochilco, el consumo de agua para la producción total de cobre en Chile, entre 2009 y 2020, aumentará en 45%. A 2017, la II Región representará el 20% de esa demanda. El problema es la escasez del recurso en fuentes subterráneas.

Las innovaciones que se están desarrollando en Chile también están siendo observadas en países con condiciones similares, como Perú. Esto, luego de que el proyecto minero Tía María, en la provincia arequipeña de Islay, fuera declarado inadmisible ambientalmente, entre otras cosas por la oposición de las comunidades a que el proyecto usara agua de humedales.   

LAS VARIABLES A CONSIDERAR 

El sistema implementado por Esperanza no es una solución viable para todos los yacimientos. "Hay que evaluar caso a caso. Usar agua cruda o desalada dependerá de factores técnicos, como el mineral a procesar.

Puede haber diferencias en producción de cobre, costos de operación y mantenimiento, e impedimentos técnicos y ambientales que podrían hacer que el uso de agua salada sea menos atractiva", afirma Raymond Philippe,  director de Agua  de la empresa de ingeniería Hatch. El agua de mar salada no sirve para todo tipo de mineral, advierte. "Puede presentar  algunos problemas en la recuperación del molibdeno", añade.

Otra complicación es el desgaste de los equipos. "Hay efectos de corrosión. Son equipos mucho más caros, ya que si una concentradora convencional puede emplear materiales como el acero o el carbono, al añadir las altas concentraciones de cloruro del agua de mar al sistema, hay que emplear materiales más complejos", comenta el experto.

Algunas mineras están evaluando esta dificultad y creen que para operaciones en funcionamiento no sería viable, pero sí para nuevos proyectos o expansiones. La ubicación de las faenas también es relevante.

Una operación muy distante del mar y a mucha altura encarece el costo y en Chile casi todas las faenas están sobre los 3.000 metros de altitud. Además, hay aspectos ambientales que deben ser evaluados, como la necesidad de descargar agua al mar, en el caso de una desaladora y eventuales problemas de contaminación por infiltración o derrame si se usa agua.
http://www.latercera.com/noticia/negocios/2011/04/655-359044-9-el-agua-salada-se-convierte-en-la-nueva-opcion-para-las-grandes-mineras-en-el.shtml


Grupo Luksic estrena su proyecto minero más caro: US$ 2.600 millones invirtió Antofagasta en Esperanza“Hoy los precios están buenos, y cualquiera que tenga una operación minera está ganando mucha plata. No sabemos hasta cuándo durará”, dice Cristián Thiele, gerente general del proyecto ubicado en la II Región.
por:  Pamela Zúñiga
jueves, 07 de abril de 2011
Cristián Thiele, gerente general del nuevo proyecto minero del grupo Luksic, se siente hoy como anfitrión de un bautizo con invitados “vip” que parten por el propio Presidente Piñera y el ministro Laurence Golborne, y abarcan a lo más connotado de la minería chilena.
Y es que el proyecto minero que Thiele tuvo bajo su alero por casi 10 años hoy hizo su “estreno en sociedad”: la mina Esperanza, controlada por Antofagasta Minerals.
Cuenta que su gestación fue larga, ya que se trata de los pocos “greenfield” que por estos días se inauguran en Chile. Esto significa que la mina partió desde cero.
El nacimiento fue a comienzos de febrero, cuando la minera en su marcha blanca realizó su primer embarque de cobre a Japón. A los pocos días de que el primer barco de la firma recalara, la nación fue devastada por el megaterremoto de 8,9 grados.
Justamente la demanda de ese país podría ser un impulso para el precio del cobre, dice Thiele, considerando la rapidez con que está enfrentando el proceso de reconstrucción, que requiere de metales como el cobre. “Las posibilidades que aumente la demanda por la reconstrucción es fuerte”, asegura.
Los clientes que recibirán cobre del proyecto, ubicado en Sierra Gorda, II Región, no sólo son japoneses, sino también chinos, coreanos y de distintos países de Europa. Los contratos de entrega ya están firmados.
La inversión en Esperanza fue de US$ 2.600 millones, constituyéndose en la más grande que ha hecho Antofagasta Minerals —presidida por Jean Paul Luksic— en su historia.
Thiele, que ha estado ligado a la minería por más de 20 años, afirma que el desafío de hacer nuevos proyectos en Chile es cada día más complejo. “Está siendo más difícil desarrollar proyectos para las empresas mineras, y para los bancos, financiarlas, porque hay menos disponibles. Como las leyes son más bajas, primero uno tiene que ver que desde el punto de vista económico funcione. Hoy uno ve que no hay proyectos de menos de US$ 3.000 millones”.
De hecho, esta mina tiene una ley de mineral baja, de 0,5%, dice el ejecutivo. La producción estimada para este año son 159.000 toneladas de cobre fino y 286.000 onzas de oro. Con esto, el grupo aumentará su producción de 500 mil toneladas de cobre fino a 700 mil, un alza de 40%.
“Hoy los precios del cobre están buenos, y cualquiera que tenga una operación minera está ganando mucha plata. Pero no sabemos hasta cuándo durará”, anticipa Thiele, sin hacer proyecciones para el metal.
No obstante, advierte que uno de los principales escollos que hoy enfrenta la industria minera es el alto precio de la electricidad. “La energía es el gran desafío del país. No sólo para nosotros como industria minera, que somos fuertes consumidores. Ahí nos aprieta el zapato”, asegura.
Minera Esperanza ya tiene contratos de abastecimiento eléctricos con la Central Térmica Hornitos de GDF Suez. El valor de la energía pone barreras a la competitividad de la industria, asegura.
“Estamos dentro de los países con precios de energía más altos. Y con precios altos del cobre como hoy, todo el mundo puede sobrevivir. El desafío es cuando salgamos de este ciclo de buenos precios”, explica.
Respecto de las preocupaciones de la industria minera por altos costos, afirma que “la solución no está en nuestras manos. Este tema está en manos de los generadores”.
A la vez plantea que, para el largo plazo, ven con buenos ojos “una señal muy clara de que el Ministerio de Energía y Minería es uno sólo. Ahí están puestas las esperanzas, porque el tema va amarrado, y la idea es que Chile no pierda competitividad”.
12% de mujeres en la minaUno de los desafíos de este nuevo proyecto de Antofagasta Minerals estuvo en el reclutamiento de personal. Dos años antes de entrar en producción comenzaron a formar a jóvenes que en IV medio pudieron hacer un curso extra en su currículum para ser operarios de la planta concentradora de la mina. Se inscribieron 300 jóvenes para 70 cupos disponibles. “Son tremendos, y ya nos están levantando estos operadores”.
La incorporación de mujeres también fue clave. Thiele sostiene que esta operación tiene 12% de dotación femenina, “el doble del promedio nacional, que está en torno a 6%”. Cuando abrieron las postulaciones a la mina, se presentaron dueñas de casa sin licencia para conducir un auto.
“Hoy las tenemos operando camiones mineros, con licencia clase D”, dice entusiasmado.
“Queremos que más mujeres se interesen en la minería. Es una fuente de trabajo de alta calidad, nivel técnico, buenas condiciones económicas”, dice el gerente.
La mina, alcanzó un peak de 14.000 trabajadores durante su construcción. Ahora, en operación, la dotación propia —que ya está toda contratada— alcanza a las 1.300 personas: 750 trabajadores propios y 500 contratistas, la mitad asociados a labores de transporte y alimentación, y el resto a mantenimiento.
Entre las innovaciones también está, ser uno de los primeros yacimientos del mundo en operar 100% con agua de mar. Su consumo equivale a 600 litros por segundo, lo mismo que demanda al día la ciudad de Antofagasta.
http://www.lasegunda.com/Noticias/Economia/2011/04/638888/Grupo-Luksic-inaugura-proyecto-minero-Esperanza

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