viernes, 13 de noviembre de 2009

Por favor, lean iniciativa, es por Pascua Lama y por tratado Arg.Chile: Adhesiones a carta Benedicto XVI

Hola amigos, los compañeros de Chile están buscando la adhesión de personas y organizaciones de Argentina para una carta que planean entregar próximamente al Papa Benedicto XVI (como garante del Tratado de Paz entre Chile y Argentina, que sentó las bases para el acuerdo de complementación minera). Como las presidentas Fernandez y Bachelet visitan el Vaticano el próximo 28 de noviembre, por cumplirse 25 años del acuerdo de paz, la carta se propone intervenir en la agenda del encuentro.

Para adherir escribir a Hna Cristina Hoar: senensis19508@yahoo.es

También se pide distribuir la carta entre sus contactos.

Saludos,
LUIS

From: Lucio Cuenca [mailto:l.cuenca@olca.cl]
Sent: Miércoles, 11 de Noviembre de 2009 20:45
To: Agrupación CMA Andacollo
Subject: Adhesiones a carta Benedicto XVI

Estimados y estimadas:

Junto a las organizaciones del Valle del Huasco y en especial de la Pastoral Salvaguarda de la Creación de Alto del Carmen, estamos empeñados en interpelar al Papa Benedicto XVI por la situación de Pascua Lama.

El Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina dejó como Garante Moral de este, al Papa. Por otro lado el Tratado que fue mediado por la Santa Sede es el precursor directo del Tratado Minero entre Chile y Argentina.

El día 28 de Noviembre, la presidenta Michelle Bachelet y su par Argentina Cristina Fernández visitan al Papa para celebrar los 25 años del Tratado, buscamos que este tema esté presente al momento de ese evento.

Por este motivo es que invitamos a vuestras organizaciones a suscribir la carta, cuya texto adjuntamos.

Esperamos hacer entrega de la misiva en los próximos días al Nuncio Apostólico, representante del Papa en Santiago.

Por las adhesiones contestar a este mismo correo o a Hna Cristina Hoar, senensis19508@yahoo.es

Saludos Fraternos

Lucio Cuenca

OLCA

Hace más de treinta años dos naciones hermanas casi llegan a la guerra por una disputa limítrofe. Gracias a la oportuna intervención del papa Juan Pablo II se pudo evitar el enfrentamiento y finalmente Chile y Argentina firmaron en 1984 el Acuerdo de Paz y Amistad entre los pueblos. El objetivo central de esta iniciativa era afianzar la vocación pacífica en la resolución de controversias y preferir “los intereses fundamentales de sus pueblos”, a otros intereses mezquinos, poniéndolo todo “bajo el amparo moral de la Santa Sede”.

Sin embargo, la buena fe de este documento fue luego capitalizada por las empresas mineras transnacionales, las que valiéndose de los ACE (Acuerdos de Complementación Económica) tergiversaron la lógica inicial y estimularon la firma de nuevos acuerdos, siendo el más relevante de ellos el Tratado de Complementación e Integración Minera, suscrito en 1997 y ratificado en el 2001 por las autoridades políticas del momento, que cedió 25% de territorio chileno y 6% de territorio argentino a la explotación minera de capitales extranjeros, facilitando la creación de verdaderos países virtuales en el lugar donde se encuentran las nacientes de las aguas que riegan todos los valles agrícolas andinos de nuestros países. El documento fue redactado por la transnacional minera canadiense Barrick Gold, titular de Pascua Lama, primer emprendimiento binacional del mundo que se pretende llevar a cabo en el marco de esta ley, y aunque las comunidades han agotado todas las instancias para hacer escuchar su voz y hacer valer el verdadero espíritu del Acuerdo de Paz y Amistad entre los pueblos, los Estados han desconocido la opinión ciudadana y han favorecido la gestión empresarial.

Las comunidades y organizaciones que suscribimos esta carta, desde el año 2000 nos hemos visto afectadas por el proyecto Pascua Lama, 15 trabajadores han muerto ya en la alta cordillera antes de que el yacimiento entre en funcionamiento, existe la constatación de la destrucción de dos de los principales glaciares, trafico de camiones por pequeñas vías de nuestras comunas con cargamentos peligrosos, nuestras familias se han dividido, los vecinos han entrado en disputa por el abastecimiento de agua (los ríos que bajan de la alta cordillera ya están manifestando la intervención de la minera), las autoridades se han corrompido debilitando los mecanismos de representación, y desintegrando las confianzas, motor de nuestro modo de vida sencillo, agrícola, ligado a los ciclos de la tierra.

Nuestras iglesias, y en particular, algunas comunidades locales de la Iglesia Católica han tenido un rol fundamental para ayudarnos a despertar y comprender la importancia de defender la creación y de preservarla para las generaciones futuras. De la mano con esas comunidades y con su apoyo y el de los pueblos indígenas amenazados, hemos desarrollado todo tipo de iniciativas: legales, de difusión, de denuncia, misas y movilizaciones masivas, acciones locales, nacionales e internacionales, buscando detener lo que sabremos será la muerte del valle en el que por siglos han habitado nuestras familias y que hoy alberga a 70 mil personas. Pero el poder del dinero y la colusión entre políticos y empresarios ha silenciado nuestras demandas, nuestros Estados han retrocedido ante las empresas, permitiendo que ellas tomen en sus manos la educación, la salud, la vivienda y otros servicios básicos (aportando pequeños incentivos monetarios en relación a la millonaria cantidad de dinero que obtienen de la minería, ahondando la gran brecha entre ricos y pobres que tantas veces la iglesia católica ha denunciado en el mundo), de manera tal, que aún sabiendo que todo se verá contaminado, la gente no se atreve a echarlas pues ahora la vida depende de ellas.

Entendemos que Pascua Lama es el primer proyecto que se pretende emplazar en la alta cordillera (5200 mt de altura), pero ya hay otros 6 en carpeta y se calcula una lista de espera de más de 150, y además, ya se está negociando realizar iniciativas similares en la frontera con Chile/Perú, Chile/Bolivia y Ecuador/Perú, lo que prefigura un escenario de descalabro ambiental, crisis hídrica, migración forzada y miseria que sin duda será un caldo de cultivo para nuevos enfrentamientos entre hermanos a nivel binacional pero también a nivel continental.

En su reciente encíclica "Caridad en la verdad" usted nos dice:

"El acaparamiento de los recursos, especialmente del agua, puede provocar graves conflictos entre las poblaciones afectadas. Un acuerdo pacífico sobre el uso de los recursos puede salvaguardar la naturaleza y, al mismo tiempo, el bienestar de las sociedades interesadas. La degradación de la naturaleza está estrechamente unida a la cultura que modela la convivencia humana: cuando se respeta la "ecología humana" en la sociedad, también la ecología ambiental se beneficia. Para salvaguardar la naturaleza no basta intervenir con incentivos o desincentivos económicos, y ni siquiera basta con una instrucción adecuada. Éstos son instrumentos importantes, pero el problema decisivo es la capacidad moral global de la sociedad".

En esta apreciación suya, encontramos eco a nuestras demandas, y es por ello que recurrimos a usted como garante moral del Acuerdo de Paz y Amistad entre los pueblos, para que haga prevalecer el espíritu de bien del documento, sobre todo ahora que se reunirá con la presidenta chilena Michelle Bachelet y la presidenta argentina Cristina Fernández, para celebrar los 25 años de tan importante documento.

En concreto, venimos en solicitarle que medie ante nuestras presidentas para lograr se comprometan a:

  • Congelar todas las solicitudes mineras realizadas en el marco del Tratado de Complementación e Integración Minera, hasta que no se realice una discusión informada en las comunidades y un diálogo abierto sobre sus alcances con representación de todos los sectores.
  • Responder ante el incumplimiento de la promesa electoral realizada por ambas mandatarias, tendientes a legislar sobre la protección de los ecosistemas glaciares.
  • Aceptar el dictamen del tribunal ético de los pueblos (se adjunta en anexo) sobre el proceder de la transnacional Barrick Gold en nuestros países, de tal manera que este dictamen constituya precedente suficiente como para exigir su retiro de nuestros suelos.
  • Hacer público el resultado de la audiencia, para superar el recurrente cerco informativo que rodea a las comunidades amenazadas.

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