Santiago de Chile fue la ciudad que convocó a más personas entre Alaska y Tierra del Fuego en el día mundial de protesta de los indignados. Por la Alameda marcharon cien mil personas afectadas en distintas áreas por el modelo económico neoliberal. La salida es una Asamblea Constituyente y el próximo paso es la protesta estudiantil este 18 y 19 de octubre.
El rechazo al proyecto HidroAysén en territorio patagónico, el apoyo al pueblo mapuche en su lucha, la lucha de los estudiantes por una educación pública gratuita y de calidad, en contra de las escandalosas ganancias de las Isapres y el negocio de las AFP, o la paralización de los proyectos mineros Isla Riesco y Barrick Gold son unas de las tantas razones que congregaron a miles en la jornada mundial de movilización.
Luego de más de 5 meses de históricas y masivas movilizaciones que se iniciaron tras la aprobación del proyecto de represas en la Patagonia y hoy mantienen a los estudiantes en una movilización permanente, la demanda por generar una Asamblea Constituyente que de paso a una Constitución democrática que reemplace la Constitución Pinochet-Lagos es un objetivo que se hace sentir.
También se acusa la criminalización de los movimientos sociales por parte de los medios masivos y el rol que han tenido en imponer el pensamiento único neoliberal.
El modelo económico avalado por dicha carta magna, impuesto a sangre y fuego por la dictadura y gestionado por la Concertación en sus años de gobierno es el que está de fondo de las diversas protestas en varios territorios de Chile.
Cien organizaciones se sumaron a la marcha. Sindicatos, agrupaciones culturales, centros de estudiantes estaban allí. Se vieron banderas mapuches, ecologistas, del Partido Humanista, del Comunista y de varios colectivos de izquierda y anarquistas marchando por la Alameda. Hasta llegaron chicos disfrazados de zombie, quienes habían tenido su propia marcha horas antes en el centro.
La demanda se suma a la protesta global en contra de los abusos económicos y ambientales que ha permitido el actual modelo neoliberal de desarrollo. El objetivo era claro para quienes salieron en Chile, en Tel Aviv o en Dublín: dejar en su lugar a los poderes financieros, político, militar y mediático.
La concurrida marcha comenzó pasadas las 3 y media de la tarde desde el frontis de la Universidad de Chile, en avenida Alameda, avanzo por Alameda hasta avenida España rumbo al sur, y luego prosiguió la larga caminata por Blanco Encalada hasta llegar hasta calle Beaucheff, donde se desarrollo un acto.
Luís Mariano Rendón, de Acción Ecológica, una de las organizaciones convocantes a la protesta, sostuvo que “es una experiencia muy satisfactoria. Acá en Santiago salió más gente que muchos países y debemos hacer notar que los chilenos salimos el año pasado a protestar contra Barrancones, que fue la primera explosión de la ciudadanía protagónica”.
En el manifiesto de Democracia para Chile se dice que “necesitamos transformaciones estructurales y real Democracia para Chile. Creemos que una verdadera democracia sólo es posible con una nueva Constitución Política y el llamado a elegir una Asamblea Constituyente generada de forma participativa y vinculante. El país se ve enfrentado al menos a 5 urgencias ciudadanas: el inminente inicio de obras en Hidroaysén, la nula reconstrucción en las localidades afectadas por el terremoto, el no al lucro en la vivienda social, el rechazo a la ley maldita que pretende criminalizar los movimientos sociales y la situación educacional en que el gobierno no ha sido capaz de escuchar la voz y opinión del 80% de los chilenos y chilenas que exigen educación pública, gratuita y de calidad”.
¿Y AHORA QUÉ?
Lo que viene a juicio de Rendón es “exigir los cambios democratizadores en nuestro país”. Llama para ellos al protagonismo ciudadano que “quizás no se exprese solamente en marchas, sino en generar otras actividades que sean capaces de emplazar al poder político para cambiar las reglas del juego”.
“El conflicto en Chile ha superado a las instituciones. No podemos seguir las vías institucionales porque estas no han sido capaces de procesar esta tremenda energía ciudadana”- agrega el ecologista.
A juicio de Rendón “estamos en un momento constituyente, que no es de una u otra reivindicación, sino que es cuando la ciudadanía exige nuevas reglas del juego que es una nueva Constitución”.
La llave para eso es el plebiscito destaca. “Vamos a pedirlo para zanjar lo de Hidroaysén. No vamos a aceptar que un presidente que asumió con el 29 por ciento del apoyo ciudadano, que es en verdad la gente que votó por Piñera, le causa una herida eterna a la Patagonia”- sentencia Rendón.
Para esto se están articulando alianzas con los más variados sectores sociales con el fin de generar un programa democratizador para el país. “Se trata de hacer confluir a todos los sectores en los cambios político institucionales que requiere Chile. Ahora, no es para el año siguiente. Creemos que están dadas las condiciones”- recalca el dirigente.
El próximo paso es esta semana. Democracia para Chile hizo un llamado a adherir masivamente este 18 y 19 de Octubre de 2011 al Movimiento por la Educación y las protestas que han convocado.
Mauricio Becerra R.
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