El centro cultural más importante de la lectura y del libro ha quedado supeditada al aporte “bondadoso” de una minera que ha puesto en riesgo la vida de 70 mil personas y que ha impuesto un modelo de vida en contra de los intereses comunitarios y ancestrales del Valle del Huasco.
Solo podemos entender este triste y negro acontecimiento como una mala gestión de parte de los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Santiago. Quizás no encontraron un auspiciador con dinero limpio o simplemente se obnubilaron ante la amplia suma de dólares que la transnacional canadiense les debe haber ofrecido para la actividad que brillaba más que la consecuencia de la cultura libre.
Sin embargo, denunciamos que esta es una operación de lavado de imagen por parte de Barrick Gold que les permite aparecer como parte del espacio cultural de la lectura y del libro más importante del país, aparecer en los medios de comunicación como “Minería Sustentable” y como una industria “amigable” con el medio ambiente. Algo que sabemos, está muy lejos de conseguir.
Todos los antecedentes que hemos obtenido de las diversas investigaciones que se han realizado tanto en Chile como en otros países de los proyectos que la transnacional tiene en los cinco continentes dan cuenta de que Barrick explota el subsuelo, contamina a las comunidades, los gobiernos y el medioambiente dejando una estela de contaminación, sangre y desplazamientos forzados.
Enviamos imágenes que atestiguan el auspicio de Barrick en la Feria Internacional del Libro, que más que abrir las páginas del mundo de la cultura escrita, sentencia la muerte de la cultura libre, pensante, imaginativa y de reciprocidad para dejar libros limpios que permitan la vida de las generaciones futuras.
Si en otra época quemaban libros, hoy basta con un aporte como éste.
Comunicaciones OLCA
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